FRIDA KAHLO

Tengo las manos vacías,
tengo tu olor en mi vientre,
tengo tu sangre en mis manos.
Tengo flores para despedirte,
tengo imposible dejarte.
Tengo la culpa en mi cuerpo.
Tengo el silencio en mis labios
y el agua en mis ojos. 


No es verdad la historia. Frida fue madre.
Fue una madre sin hijos. Tres veces parió el dolor, tres veces amamantó el duelo. Tres veces lo pintó y lo escribió con su sangre, y tres veces se sintió menos madre que las demás. 

La historia no es verdad ni es historia, porque el duelo de Frida lo viven muchas mujeres hoy, y todas se lo callan, todas se ven obligadas a superarlo como si perteneciese a esas pequeñas cosas que pasan sin más y que no deben tener tanta importancia. Como si sentir morir a un hijo en el lugar donde debe estar más seguro fuese cosa banal, como si fuese más natural que perderlo en tus brazos.